Dentro de las medidas tomadas por el Ministerio de Defensa para hacer del Ejército español una fuerza profesional están la posibilidad de la incorporación al mismo de extranjeros hijos de emigrantes españoles y la denominada externalización de servicios; es decir, la contratación de compañías privadas para la realización de servicios, siempre que no sean estrictamente operativos. Ambas medidas, junto al globo sonda de incorporar también a inmigrantes extranjeros, inciden en el debate sobre seguridad y defensa. Dos expertos reflexionan aquí sobre ello.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de julio de 2001