La Generalitat se llena la boca con palabras sobre la necesidad de formar a expertos en tecnologías de la información y la importancia de Internet, pero ésa es una manera de empezar la casa por el tejado. Tal interés no tiene una equivalencia práctica en las webs de las distintas consejerías, que por regla general están en manos del funcionario espabilado con unos conocimientos informáticos por encima de la media o, lo que es peor aún, en manos del funcionario de turno sin ningún interés por el tema; en cualquier caso, perfiles sin ningún conocimiento específico sobre la gestión de contenidos digitales. Además, el equipo responsable de crear y mantener estas webs deambula de forma ambigua bajo las órdenes de los servicios de publicaciones, de comunicación o de organización. A esto hay que sumar la precariedad de medios humanos y técnicos, con lo que se acaba recurriendo al viejo truco de contratar empresas externas. Si Internet es tan importante para la Generalitat, que empiece por crear dentro de sus organigramas nuevas categorías laborales, como webmaster, gestor de contenidos, diseñador de web, etcétera, y por contratar a verdaderos profesionales, y no utilizar a funcionarios reciclados. Antes de evangelizar, es mejor predicar con el ejemplo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de julio de 2001