El Centro de Atención a Drogodependientes (CAD) municipal de Hortaleza recupera hoy la normalidad tras permanecer tres días cerrado debido a un incendio provocado involuntariamente por un menor el pasado viernes. Los arquitectos de Gerencia de Urbanismo han llegado a la conclusión, tras varias inspecciones, de que el fuego no ha dañado la estructura de este edificio prefabricado situado en la calle de Minaya, 7, por lo que ya puede ser usado.
Nieves Herrero, directora del Plan municipal sobre Drogas, explica que hoy serán atendidos todos los usuarios en la planta baja del CAD, menos afectada por el fuego. En ella está la zona de dispensación de metadona y los despachos de médicos, psicólogos y trabajadores sociales.
La planta alta, dedicada a terapias de grupo y ocupacionales, no estará utilizable hasta la semana próxima. Antes hay que sustituir las plaquetas del techo chamuscadas y reponer las ventanas. También hace falta pintar. 'Lo que nos dicen que irá más lento es el arreglo de la esquina exterior quemada, pero eso no afecta al funcionamiento', añade Herrero.
En los tres días que el recinto ha permanecido cerrado (desde el lunes hasta ayer) los profesionales que lo atienden han permanecido en su exterior para tratar los casos urgentes y para informar a los usuarios. De la dispensación de metadona se ha encargado una unidad móvil. No obstante, hubo que aplazar unas 60 citas.
Segundo incendio
Es la segunda vez que el CAD de Hortaleza resulta incendiado. El primer siniestro fue intencionado: en junio de 1991, con el centro en construcción, unos 20 vecinos lo arrasaron y prendieron fuego porque se oponían a su apertura. 'Que atiendan a los toxicómanos en la sierra', aducían. El CAD de Hortaleza atiende a 563 toxicómanos de este distrito y de Fuencarral (318 en programas de desintoxicación y 245 en planes de metadona). Debido a las vacaciones ahora sólo acude la mitad de usuarios. El recinto lo atienden 30 profesionales.
El siniestro del pasado viernes se inició a media tarde del viernes cuando un chaval de 14 años prendió fuego a un chamizo, levantado por muchachos del barrio, que está colindante al CAD. Las llamas se propagaron por la pared del centro y arrasaron parte de su interior. La intención del joven era quemar la cabaña en venganza porque otros chicos no le dejaban entrar a ella. Con un mechero prendió fuego a un bote de pintura depositado fuera de la choza. Cuando los chavales del interior se dieron cuenta, ya era tarde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de agosto de 2001