El Gobierno italiano adoptó una serie de medidas para frenar la violencia en los estadios durante los partidos de fútbol, que en la pasada temporada se cobraron un muerto y 1.100 heridos. Las fuerzas del orden tendrán margen de maniobra para intervenir
en caliente en las gradas y para frenar a los espectadores que invadan el terreno de juego. Los eslóganes racistas serán también severamente castigados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de agosto de 2001