Llego a casa y me encuentro a mi hija, de 17 años, llorando. Había ido a la Ciudad Universitaria a recoger el sobre de matrícula para primero de Matemáticas. Después de estar una hora haciendo cola al sol, se le empieza a nublar la vista. Se sale de la fila para volverse a casa. Le da un mareo en el camino hacia el metro y se cae al suelo. Cinco minutos pasando gente, ella tirada en el suelo y nadie la ayuda. Eso es lo que le está doliendo. ¿Cómo la puedo consolar?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de agosto de 2001