Los mercados continúan mostrándose extremadamente sensibles ante los datos económicos en un sentido muy global, aunque de cuando en cuando algún indicador particular tiene especial incidencia en una bolsa concreta. Ayer eran Franfort y Londres los mercados europeos con peor comportamiento debido a la caída de los pedidos industriales en Alemania y al descenso de la producción en el Reino Unido. Madrid y París, sin indicadores que valorar, consiguieron mantenerse al margen de unos datos que, tarde o temprano, tendrán un reflejo puntual en sus propios índices.
La Bolsa de Madrid cerró esta sesión con un avance del 0,89%, que en el Ibex 35 era del 0,83%, mientras que París ganaba el 0,69%, Francfort el 0,18% poco antes del cierre y Londres bajaba el 0,38%. Con todo, los problemas llegaron después del cierre de los mercados europeos, cuando Wall Street y el mercado Nasdaq sufrieron una caída importante debido a las expectativas de que los beneficios de Intel, el fabricante de microprocesadores, se reduzcan en este ejercicio ante la guerra de precios que ha iniciado para recuperar mercado.
Los mercados estadounidenses perdían más del 1% a media sesión y con ello volvían a recordar a los inversores que la crisis económica continúa en plena vigencia.
La contratación en el Mercado Continuo fue de 165.636 millones de pesetas, 995,49 millones de euros, que es la séptima cifra más baja de este año. La inactividad propia del verano se ha unido a la incertidumbre y amenaza con nuevos mínimos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de agosto de 2001