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Recuperadas piezas ibéricas y romanas procedentes del expolio masivo de yacimientos en La Ribera

Dos personas han sido detenidas por la Guardia Civil como supuestos autores de un expolio arqueológico en la comarca de La Ribera de importante valor histórico. Los dos detenidos, sin antecedentes, se dedicaban a la localización y extracción incontrolada de restos que después vendían a coleccionistas privados, clientes predominantemente, según fuentes del instituto armado, de la misma Comunidad Valenciana. Más de un centenar de piezas han sido recuperadas en el desarrollo de la denominada Operación Edetania, nombre que recibía una región de la Hispania Tarraconense en la época romana.

Aunque los vestigios iberos, romanos y medievales ahora recuperados han sido ya revisados por especialistas en la materia que han datado el origen de las piezas, serán los técnicos del Museo de Prehistoria de Valencia quienes se encarguen de certificar el origen de las mismas.

El alijo recuperado en los registros domiciliarios practicados a raíz de una investigación iniciada el pasado 23 de junio se compone de una estatua de piedra con inscripciones y una urna funeraria ibéricas, un ánfora romana, hebillas, imperdibles, anillos, aretes, monedas, colgantes, piezas ibéricas de bronce propias de ofrendas a deidades y familiares difuntos, denarios de plata, una punta de lanza, piezas de cerámica también ibérica, plomos con inscripciones de la misma época así como un molino.

Los restos rescatados se datan entre el año 300 a.C. y el siglo XVII. Los detenidos, según la Guardia Civil, acumulan experiencia en expolios arqueológicos. De hecho, el total de las piezas no corresponde a un único enclave sino a varios. Aunque los técnicos del instituto armado señalaron ayer la importancia histórica de las piezas, ya que según ellos algunas son únicas, explicaron también la transcendencia de la operación en tanto que paraliza la actividad de una red en una práctica que daña los yacimientos de manera irreparable. Los detenidos actuaban con detectores de metales y utilizaban un tractor para remover la tierra, recogiendo sólo aquellas piezas con salida en el mercado y destrozando otras.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de agosto de 2001