El asalto cometido en la vivienda de la empresaria Esther Koplowitz en la madrugada de ayer ha sido uno de los mayores golpes de obras de arte ocurrido en España. El valor de los 14 cuadros y las seis figuras sustraídas se estima en varios miles de millones de pesetas. Sólo los dos lienzos de Goya robados alcanzarían los 4.000 millones de pesetas en una subasta de arte.
Hace tiempo que en España no se producía un robo de estas características. Algo que, sin embargo, fue frecuente entre 1960 y 1970, cuando numerosas bandas se dedicaron a saquear iglesias y museos dotados entonces de escasa protección. En algunos caso, los autores fueron delincuentes internacionales, destacando entre ellos René Alphonse Van den Berghe, Erik el Belga.
La policía tiene un archivo informático en el que figuran 2.180 cuadros sustraídos (1.300 de pinturas profanas y 880 de carácter religioso). Entre ellas destacan cuadros de Velázquez, Goya, Zurbarán, Sorolla, Casas, Dalí, Miró y Picasso, entre otros 100 autores.
Entre las obras más buscadas están los cuadros robados en 1989 en el Palacio Real de Madrid: Retrato de una dama y Mano del retrato del arzobispo Fernando Valdés, de Diego de Velázquez; Retrato de una dama desconocida, de Juan Carreño de Miranda; y San Carlos Borromeo, de Francisco Bayeau, valorados en 300 millones de pesetas.
Asesinato
Otro de los golpes que más conmocionó el mundo del arte en España en los últimos años fue el asesinato del pintor Abel Martín por dos hermanos portugueses, el 4 de agosto de 1993, en El Plantío, una zona residencial de lujo de las afueras de Madrid.
Los hermanos Manuel y Gonzalo Montezuma de Carvallo, que entonces contaban 23 y 25 años, respectivamente, asesinaron al artista con la intención de robarle parte de su colección de arte. Se llevaron una escultura y seis cuadros, todas ellos ellos obras del artista Julio González. La escultura apenas mide cinco centímetros y se titula Hombre con cara de gato. Entre los cuadros hay un autorretrato de González, otro de su hija, una acuarela de mujer, y tres bocetos de diferentes esculturas.
Las obras estuvieron en paradero desconocido siete años hasta que fueron expuestas en una galería de arte de Bruselas. La Guardia Civil acudió para recuperarlos e investigó su procedencia. Las pesquisas le condujeron hasta Portugal. Allí detuvieron a los dos hermanos Montezuma.
El valor de las obras robadas a Abel Martín -unos 40 millones- queda muy lejos del de las obras sustraídas en el ático de la empresaria Esther Koplowitz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de agosto de 2001