Una nueva perrera va a costar en Madrid dos mil millones de pesetas; propongo que la que se abandona se dedique a recoger inmigrantes sin papeles. Las celdas pueden resultar estrechas, pero la bazofia es una excelente comida para el hambre africana, ahora española. Incluso hay cámaras de gas en las que se mata a los perros que nadie quiere: un 70% de los recogidos. Y hornos crematorios donde desaparecen los cuerpecillos. No hay comodidad como las de los perros del futuro: calefacción, refrigeración, jardines. Pero el africano no necesita tanto. Y el 30% que recogieran empresarios, agricultores, proxenetas, amas de casa o cualquier esclavista aficionado estaría en lugares peores, pero a salvo de la cámara de gas o de la repatriación, que es lo mismo.
Diógenes el Cínico decía: 'Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro' (la palabra cínico es un derivado de perro, en griego). No lo comparto: quiero igual a personas o perros. Cuando paseo con los míos -el bóxer, el bulldog- charlo con las otras señoras que llevan los suyos: '¡Son mejores que las personas!', suelen decir. Es un asunto individual: hay gente que recibe más cariño y más ayuda de sus perros que lo que han recibido de los humanos o inhumanos. Sólo utilizo dos noticias del mismo día para componer esta gacetillita de la actualidad: Los negros de Barcelona (se hurta la palabra 'negro', como si el que la escribe tuviera vergüenza, o como si fuera a molestar a estos desheredados de la vida), los 'sin papeles' (¡que se los den!), son una manada que no puede dormir en la calle, pero a la que no le dan otro sitio; menos que personas, menos que perros. Si pudieran, los expulsarían (un equivalente de la cámara de gas; huyen de África por no morir). Es lo que van a hacer con los que tengan algún papel pero cometan cualquier delito, por pequeño que sea: repatriación. Tanto interés se tiene que se va a conseguir que los juzguen en el acto: ¡justicia rápida al fin en España! Y en una televisión se ilustra la noticia con imágenes del moldavo que mató en Pozuelo, para que sepamos quiénes son estas gentes (es europeo y blanco, pero da igual); es la misma emisora, la oficial TVE-1, donde se superponen imágenes de Hitler a las del doctor Antinori, que va a practicar clonaciones humanas para ayudar a parejas infértiles y a prevenir y curar enfermedades. En otra, privada, dan la imagen del sabio con el letrero 'Dr. Frankenstein'. No, mis perros no lo harían. Claro, los quiero.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de agosto de 2001