El responsable de la Coordinadora para la solidaridad con Colombia del País Vasco, Roberto Barañano, exigió ayer al Gobierno colombiano que cumpla con el 'compromiso que contrajo en su día de respaldar a la Caravana Internacional por la Vida en el Sur de Bolívar' y que asegure la integridad física de sus integrantes. La coordinadora denunció la presión a la que están siendo sometidos por parte de los paramilitares y de las organizaciones No al Despeje y Asocipaz, y negaron tajantemente las acusaciones de que la caravana esté transportando armas para la guerrilla o que exista cualquier tipo de connivencia con el ELN.
Barañano aseguró que el único objetivo de la caravana es 'llevar ayuda humanitaria a una población con la que las autoridades colombianas están cometiendo un genocidio' y a la que, asegura, someten a un bloqueo desde hace dos años para que abandonen sus tierras para poder así detraer los recursos naturales que esconden. Los 68 cooperantes se encuentran bien, según Barañano, y quieren continuar su camino, a pesar de las advertencias de los Gobiernos de los 11 países de los que provienen.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de agosto de 2001