Batasuna ha expresado su 'reconocimiento por las gentes que están dispuestas a entregar la vida por la autodeterminación de este país'. Otegi, una vez más, hace apología de la muerte al exaltar ésta como valor o mérito de quien, en este caso, la ha sufrido (y, por extensión, las muertes provocadas por estas 'reconocidas personas'). Hace proselitismo, empujando, quizás, a otros a un final que, probablemente, él no querrá para sí. Dar la vida (por una persona, por un ideal) implica vivir, estar vivo, pues lo que se vive es lo que se entrega, lo que se labra día a día es lo que se da. Morir (y matar) es más fácil que luchar desde la vida. Umberto Eco, en su libro El nombre de la rosa, dijo: 'Huye de los que están dispuestos a morir por la verdad, porque suelen provocar la muerte de muchos otros, a menudo antes que la propia y, a veces, en lugar de la propia'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de agosto de 2001