Kluivert marcó dos goles en dos minutos (m. 5 y 7) y, poco después (m. 16) armó el tercero, transformado por Geovanni, con la complicidad de Oakes, que en las tres acciones confirmó que es el portero suplente del Derby County, un club que busca acomodo en la Premier League.
La línea de tres centrales inglesa, abandonada por la falta de presión de los medios, fue sacudida por los delanteros del Barcelona, que por un día se repartieron el campo a partes iguales: el extremo derecho para Geovanni, el izquierdo le tocó a Overmars y Kluivert quedó ubicado como falso ariete. Los tres conectaron frecuentemente con Xavi, cada día más intervencionista, preciso, mandón, como corresponde a un medio centro. Asegurado de nuevo el caudal de juego ofensivo, la vista se desvió a la zaga, zarandeada en Cracovia.
Rexach recuperó ayer a Frank de Boer, una vez que la FIFA le ha autorizado a jugar amistosos pese a que está sancionado hasta septiembre por dar positivo en un control antidopaje, y la defensa más que la solvencia recuperó cierta calma. Reiziger-De Boer-Andersson-Sergi se desplegaron mejor frente a su área que cuando ha actuado Christanval, aunque el Derby tuvo también sus ocasiones, ganadas por el físico de Ravanelli y la verticalidad de Kinkladze. Pero a dferencia del Barcelona, muy efectivo en el arraque, los ingleses no pudieron con Bonano, que se impuso en dos mano a mano muy delicados.
Los cambios en la segunda parte alteraron el partido, que resultó más equilibrado, aunque también peor jugado. El Derby County llenó la media cancha y abortó el despliegue del Barcelona, que echó de menos a Kluivert, sustituido por Luis Enrique. El choque adquirió un tono muy físico, poco vistoso y falto de ocasiones, aunque Reina se empleó con determinación en un par de llegadas del equipo inglés.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de agosto de 2001