El fabricante de neumáticos Firestone se enfrentó ayer en Tejas (EE UU) a su primer juicio por uno de los 200 accidentes que se le atribuyen a causa de una partida defectuosa de neumáticos. La demandante es Marisa Rodríguez, parapléjica desde que en marzo de 2000 la rueda de su Ford Explorer estallara en plena carretera.
Otros juicios aguardan por idénticos motivos a la firma Firestone, en crisis tras haber sido obligada por las autoridades norteamericanas a retirar 19,5 millones de neumáticos en el último año.
Precisamente esta circunstancia provocó en mayo la ruptura comercial entre Firestone y Ford, segundo fabricante mundial de automóviles. En principio, ambas empresas compartieron la responsabilidad por los accidentes, en los que fallecieron 203 personas, y que sólo afectaron a vehículos del modelo Ford Explorer equipados con neumáticos Firestone. La crisis hizo dimitir al presidente de Firestone, Masatoshi Ono, en octubre del año pasado.
La cadena de accidentes ha supuesto graves consecuencias para las dos empresas afectadas. Mientras las ventas del Ford Explorer han caído un 8,9% en julio de este año, desde Japón se teme por la supervivencia de la marca Firestone, propiedad de la japonesa Bridgestone.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de agosto de 2001