Vivir en una zona fronteriza puede encarecer la factura del usuario de un telefóno móvil. El Gobierno y las operadoras reconocieron ayer que se aplican tarifas internacionales a algunas llamadas nacionales que se realizan en lugares cercanos a otro país, como Portugal, Francia y Andorra. Esta tarifación se debe, alegan, a que los terminales, por defecto, a veces seleccionan automáticamente la red de la compañía que, desde su estación base, desprende la frecuencia con mayor fuerza, sea cual sea el país en el que se encuentre el usuario.
Con este sistema, una llamada nacional realizada desde una localidad como La Guarda (Pontevedra) puede llegar a enlazar con un terminal portugués y la operadora factura la comunicación como un servicio internacional, según el partido nacionalista gallego BNG, que preguntó al Gobierno sobre esta anomalía. El Ejecutivo y las operadoras lo admiten, pero añaden que lo mismo le pasa a un usuario francés que vive cerca de la frontera con Suiza.
Este desliz fronterizo tiene, sin embargo, solución, aunque casi siempre se recurre a ella tras haber recibido una factura más elevada de lo habitual. Basta con abrir el menú del terminal y cambiar el modo de selección automática de red por manual y elegir la compañía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de agosto de 2001