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El Canal culpa a los ayuntamientos del retraso en renovar las tuberías

El Canal de Isabel II, organismo dependiente de la Comunidad, responsabilizó ayer a todos los ayuntamientos de la región, incluido el de la capital, de que no se pueda renovar la red de distribución de agua según los planes y plazos previstos por la empresa. La edil socialista en el Ayuntamiento de Madrid Cristina Narbona pidió el pasado domingo que el Canal invierta 5.000 millones de pesetas en los próximos tres años para renovar las cañerías; según Narbona, se lograría reducir así las averías y fugas de agua que sufren las tuberías desde hace dos años: al menos un 10% del caudal de agua se pierde.

El consejero de Función Publica, Justicia y Administración Local y presidente del Canal, Carlos Mayor Oreja, conocedor del requerimiento de la edil socialista, respondió que no era 'problema de financiación, sino de permisos', y sus técnicos explicaron que el asunto tiene mucho que ver con la concesión de las licencias de obras (permisos que conceden los ayuntamientos para realizar cualquier obra en la vía pública, y, por lo tanto, para abrir zanjas y cambiar las tuberías). 'Nosotros no somos los dueños de las calles ni de las aceras; son los ayuntamientos, y, si no nos conceden los permisos, no podemos abrir ni un metro de zanja', señalan los técnicos regionales.

En el Canal aseguran que, en estos momentos, en las dependencias del Ayuntamiento de Madrid existen 17 licencias de obras 'solicitadas y no concedidas' para renovar 35 kilómetros de cañerías en diversas calles de la capital; entre ellas, 'una bastante antigua' que corresponde a la calle de Hermosilla. 'En el peor de los casos', explican, 'el tiempo que transcurre desde que nosotros pedimos una licencia de obra hasta que se concede puede llegar a los tres años'.

'Seguro de pavimento'

El motivo principal de este retraso, según los técnicos del Canal, hay que buscarlo en un trámite administrativo denominado seguro de pavimento, que consiste en que en una calle recién asfaltada no se pueden abrir zanjas hasta que no pasen tres años, salvo que se produzca alguna avería. Para evitar que este concepto entorpezca la renovación de las tuberías, el Ayuntamiento comunica al Canal, en febrero o marzo, las calles previstas en la operación asfalto con el fin de que las cañerías se cambien antes de que la calle esté asfaltada. Sin embargo, esta estrategia sólo sirve para las obras municipales, 'en las que el ayuntamiento avisa'. Para los proyectos de renovación diseñados por el Canal 'siempre hay que pedir los permisos de obras', advierten.

Los técnicos del organismo público no supieron precisar ayer la cantidad de licencias de obras solicitadas y no concedidas en el resto de la región, aunque los proyectos de renovación pendientes aún de ser resueltos podrían suponer la renovación de otros 15 kilómetros de cañerías vetustas. El tope de antigüedad que se ha fijado el Canal para tener una red moderna exige que las tuberías madrileñas no sobrepasen los 20 años.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de agosto de 2001