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Crónica:

El Deportivo derrota al Udinese en otro alarde de firmeza

El Deportivo prolongó su invicta marcha de pretemporada con la firmeza que no ha abandonado al conjunto de Javier Irureta desde que regresó al tajo. A falta de que se recuperen algunos futbolistas básicos -Mauro Silva, Djalminha y Fran- , Irureta tira de una plantilla en la que casi todas las piezas parecen intercambiables, lo que permite cualquier sustitución sin que se resienta la eficacia del conjunto. Un grupo sin fisuras en el que, además, siempre hay alguien que descolla. Anoche fue Tristán, en su mejor versión: hábil, elegante y expeditivo.

En un ambiente desangelado por las gradas semivacías, el Deportivo prosiguió su intachable pretemporada ante un equipo de la clase media italiana que presentó las dificultades que ya se preveían. El Udinese está entrenado por un inglés (Roy Hodgson) y tiene una plantilla multinacional en la que no faltan ni españoles (Luis Helguera, hermano del madridista Iván, fue titular anoche). La mezcla se nota en algunos rasgos del equipo, que, aun sin abandonar el rigor táctico y las preocupaciones defensivas, presenta algunos aderezos poco italianos: presiona desde arriba y, cuando tiene la pelota, no renuncia a elaborar el fútbol.

DEPORTIVO 1| UDINESE O

Deportivo: Molina; Héctor, Helder, Naybet, Romero (Manel m. 73) ; Scaloni (José Manuel m. 63), Valerón (Jaime m. 59), Duscher, Amavisca (Fernando m. 46); Pandiani (Sergio m. 46) y Tristán. Udinese: Turci; Martínez (Roberto Sosa m. 77), Sotil, Caballero, Manfredini; Alves (Scarlato m. 46), Helguera, Mohammed, Christian Díaz (Montesin m. 71); Pavón y Di Michelle. Goles: 1-0. M. 25. Excelente centro de Amavisca desde la izquierda que cabecea Diego Tristán. Árbitro: Turienzo. Amonestó a Manfredini. Unos 12.000 espectadores en Riazor. Trofeo Juan Acuña.

No le faltó al Udinese cierto desenfado en los minutos iniciales, cuando el Deportivo parecía más contagiado por la frialdad del ambiente. Pero los italianos malgastaron su oportunidad - Pavón, solo ante Molina, remató por encima del larguero-, mientras el Deportivo volvió a exhibir su contundencia. La primera vez que el conjunto local logró superar a la defensa italiana, Tristán halló el gol, excelente por el cabezazo del delantero y por el impecable centro de Amavisca, quien se ha enganchado al equipo con enorme naturalidad.

El gol cortó de raíz las alegrías del Udinese, que nunca perdió la organización ni cejó en su laborioso empeño, pero asumió que su papel era inevitablemente menor. Tampoco es que el Deportivo se diese a la fiesta -el color lo pusieron apenas los alardes de Tristán- pero le bastó con una exhibición de oficio. Imperturbable, el grupo de Irureta se dedicó a controlar el partido y, aunque le faltó profundidad, por momentos logró desesperar al Udinese con su capacidad para esconder el balón. Irureta hasta se permitió contar con futbolistas que se quedarán fuera de la plantilla. Y, aun así, el equipo se mantuvo inalterable.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de agosto de 2001