Un camión y un turismo rodaron de forma extraña hace poco más de un mes por las inmediaciones de un polígono industrial de Manises (Valencia). Una vez analizadas, se comprobó que las matrículas eran las mismas que investigaba la UDYCO (Unidad de Drogas y Crimen Organizado) de Barcelona en relación con grupo de españoles que actuaban como intermediarios entre narcotraficantes en Latinoamérica y compradores al por mayor en España. Así empezó la Operación Mediterráneo.
Uno de los dos vehículos que pusieron sobre la pista a la policía fue localizado el pasado día 1 en la zona de Casitas Rosas del barrio de Malva-rosa, uno de los puntos de más intenso tráfico de drogas en Valencia. El dispositivo de vigilancia desde las instalaciones de un centro sanitario próximo facilitó el seguimiento de los movimientos de los hasta ahora cinco detenidos: Antonio M. S., de 44 años y natural de Barcelona; María del Carmen A. A., de 62 años y propietaria del local comercial en el que se almacenaba la droga; Jesús Manuel R. A., de 33 años; Vicente Ramón N. P., de 29 años; y Beatriz B. C., de 29 años, estos últimos de Valencia.
La droga entró por vía marítima en un contenedor de conservas procedente de Ecuador, aunque en un primer momento se dijo que venía de Colombia. Tanto Juan Cotino, director general de la policía, como Segundo Martínez, Jefe Superior de Policía de la Comunidad Valenciana, resaltaron la importancia de la incautación de los 4.447 kilos de cocaína porque se hubieran convertido en 40 millones de dosis en el mercado.
Los detenidos, que pasarán hoy a disposición judicial según fuentes policiales, utilizaron para el traslado de las 259 cajas de cartón que contenían la cocaína camuflada en latas de sardinas dos camiones, uno de una empresa de alquiler y otro propiedad del detenido en Barcelona. La operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones. La policía busca ahora la trama económica que pudiera haber detrás de esta red.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de agosto de 2001