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El Athletic se recrea con el Perugia

El Perugia fue el punching ball propiciatorio en la fiesta del Athletic en su presentación en San Mamés. El proyecto de Jupp Heynckes se desplegó ante unas gradas semillenas en las que no se percibió gran entusiasmo, quizá por la falta de grandes incorporaciones. Valga decir que Roberto Ríos fue lo más novedoso en la línea de cuatro, que Alkiza y Urrutia organizaron con inteligencia en el medio campo, y que Guerrero se movió entre líneas con su habitual instinto asesino cada vez que el balón superó los tres cuartos. En la punta, Urzaiz supo hacer volar su mole por los aires para cabecear los balones cruzados de Javi González y Etxeberria. Nada nuevo bajo los voladizos de San Mamés. Nada que no se viera la temporada pasada con Txetxu Rojo, a excepción del caudal eléctrico que mostraron los jugadores.

Son los mismos pero parece que este año los futbolistas del Athletic vienen con más colmillo. El Perugia les ayudó a consumar su voracidad renovada con una defensa de tres que se partió como el cristal. Dejaron los italianos dos carreteras por las bandas, abiertas a Etxeberria y -sobre todo, y en esto Zé Elias hizo mutis- a Javi González. González metió tres centros con valor de gol puro. Uno de ellos lo remató Urzaiz a gol. Los otros se confundieron en la lluvia de balones que se dedicó a colgar durante todo el encuentro. Y esto, a pesar de que González es diestro y no se perfila bien para centrar desde la izquierda.

Por lo demás, el Perugia resultó un equipo italiano atípico, bastante agresivo, a gusto con el balón en los pies. Liberani ejerció de conductor, limpio en los pases. Pero el Perugia no encontró profundidad, o se topó con Roberto Ríos, que si en la Liga se muestra como lo hizo ayer seguramente logrará que las tardes de los aficionados del Athletic no sean tan inquietantes durante los domingos de fútbol. Ríos encimó bien a los delanteros italianos, se coordinó bien con Urrutia y sacó el balón jugado con mucha precisión.

El partido rebajó revoluciones en el segundo tiempo. Entonces se aplacaron los pistones del Athletic, que en la primera parte salió a presionar arriba y al Perugia se le arrugaron las pretensiones. Hasta cinco remates pegaron en los palos de Mazzantini en el primer tiempo. En el segundo el dominio vizcaíno fue igual de sostenido, pero menos abrumador.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de agosto de 2001