El desalojo fue preparado a conciencia. Desde primera hora de la mañana, la plataforma de apoyo a los inmigrantes había alertado de la presencia de agentes vestidos de paisano en los alrededores de la plaza André Malraux. La acción se produjo cuando los sindicatos y las organizaciones cívicas presentes en la plataforma acababan de debatir en la sede de CC OO la última oferta de Cruz Roja para alojar a los extranjeros en una población cercana. Esta propuesta sólo garantizaba alojamiento a 130 de los más de 200 acampados en la plaza André Malraux.
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A mediodía, la mayor parte de los miembros de la plataforma y muchos informadores abandonaron la plaza para seguir la reunión en la sede sindical, situada en la Via Laietana. Los inmigrantes se quedaron prácticamente solos.
Fue entonces cuando la policía actuó. A las cinco de la tarde, unos 30 furgones policiales se concentraron en la Gran Vía, desde donde se dirigieron a la plaza André Malraux. Al llegar, los agentes formaron una cadena alrededor de la plaza, en cuyo centro se encontraban los inmigrantes. De repente, el cordón policial se cerró, los acorraló y comenzaron las detenciones. Los inmigrantes, aterrorizados, intentaron escapar. Varias decenas de ellos lo consiguieron, pero fueron perseguidos por las calles y muchos acabaron también detenidos.
Los pocos miembros de la plataforma de apoyo presentes intentaron evitar la actuación policial, pero sus súplicas no sirvieron de nada. "Nos han pasado por encima", aseguró Sebastian Salvadores, del sindicato CGT. La policía detuvo a unas 115 personas que fueron trasladadas inmediatamente al Centro de Internamiento de Inmigrantes de la Verneda.
La detención de los extranjeros, ordenada por el Delegado del Gobierno en funciones, David Bonet, llegó mientras éstos solicitaban que Cruz Roja alojara, además de a los subsaharianos desalojados hace 11 días de la plaza de Catalunya, a otros inmigrantes que se habían sumado al colectivo. El de ayer era el tercer desalojo que sufría el mismo grupo de africanos.
Según David Bonet, "la mayor parte" de los detenidos tienen "muy avanzado" el procedimiento de expulsión, por lo que serán repatriados. Bonet justificó la actuación policial diciendo que la situación era "insostenible". "La protesta se estaba convirtiendo en otra entrega de los encierros de la iglesia del Pi", dijo. Hace unos meses, el Gobierno negoció la regularización a cientos de extranjeros encerrados en varias iglesias catalanas.
Los inmigrantes cuyo proceso de expulsión no haya sido iniciado serán identificados y si se encuentran en España en situación irregular, serán retenidos durante 72 horas. Pasado este plazo, un juez deberá decidir si ingresan definitivamente en el centro de internamiento de la Verneda.
En la actuación policial se produjo tal confusión que, además de los inmigrantes, fueron detenidos cuatro miembros de la plataforma de ayuda e incluso un turista de raza negra que en ese momento pasaba por allí.
A las siete de la tarde, los miembros de la plataforma de apoyo se concentraron ante el centro de internamiento de La Verneda, donde pidieron su puesta en libertad, informa Gisela Businache. Por su parte, UGT anunció que presentará una querella criminal contra la delegada del Gobierno, Julia García Valdecasas, por "abuso de autoridad, violencia desproporcionada y premeditación" en el desalojo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de agosto de 2001