Los precios que los consumidores de los 12 países de la zona euro pagan por bienes y servicios cayeron una décima en julio, en línea con los pronósticos de los economistas, y empujaron a la baja la tasa de inflación interanual al 2,8%, frente al 3% de junio, según la oficina estadística comunitaria, Eurostat. La moderación de los precios se repitió en España, uno de los países europeos más inflacionistas. Con una subida del 0,2% en julio, la tasa anual española baja al 3,7%, pero reduce tres décimas su diferencial con la zona euro, a 0,9 puntos.
La desaceleración económica empieza a hacer mella en la actividad empresarial (menor crecimiento del empleo) y, sobre todo, en los bolsillos de los consumidores. La de julio fue la segunda bajada consecutiva de los precios, que en mayo alcanzaron su cima (un 3,4%). 'Es una tendencia positiva', indicó Kerstin Jorna, una de las portavoces de la Comisión Europea. En el abaratamiento de las gasolinas, de un 1,8%, reside la primera causa de la reducción de los precios.
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La inflación, uno de los indicadores que más preocupa a los europeos, se mantiene bajo control, a juzgar por los datos publicados ayer. Y esta tendencia allana el camino para que el Banco Central Europeo baje los tipos de interés (ahora en el 4,5%) al menos un 0,25% en su próxima reunión, prevista para dentro de dos semanas, con el objetivo de reanimar a la economía.
En el conjunto de la Unión Europea, la inflación remitió en julio en 11 de los 15 países, con lo que la tasa interanual cayó del 2,8% al 2,6%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de agosto de 2001