Yo no quiero políticos corruptos.
Yo no quiero una falsa democracia, yo no quiero chanchullos con la iglesia.
Yo no quiero que me maten sin armas, yo no quiero pobres en las plazas, yo no quiero ir justo el día 15.
Yo no quiero llorar por lo que veo, yo no quiero que me amarguen la vida.
Yo no quiero vivir para el 'mañana', yo no quiero olvidarme de hoy.
Yo no quiero morirme de pena, yo no quiero saber en dónde estoy.
Yo no sé muy bien lo que quiero, pero me ayuda mucho saber lo que 'no quiero'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de agosto de 2001