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Zidane, embotellado

Había que verle la cara a Del Bosque en los primeros planos de la tele, rascándose la barbilla con ansiedad, para descubrir que en el Madrid algo no funcionaba del todo. Y había que ver a Figo, acercándose al banquillo a pedir aclaraciones porque no sabía cómo hacer para entrar en juego con más frecuencia. Y a Zidane, atrapado en tierra de nadie, entre Aguado, Acuña y José Ignacio, embutido con calzador en un puesto que no le va ni de lejos -el de segunda punta, el de Raúl-. Y a Raúl, lejos de las jugadas, fuera de juego -en la punta, en el puesto de Morientes-. Si ayer el Zaragoza fue una telaraña, el Real Madrid se tiró de cabeza y terminó enredado. El más perjudicado fue Zizou.

Sigue en barrena el Madrid de Zidane, tan perdido como en toda la pretemporada. En un intento por reemplazar a Helguera, Del Bosque puso en su lugar a Flavio y las consecuencias se revelaron con tristeza. Con Makelele y Flavio en paralelo, bailando en el medio centro, el equipo no tuvo ni criterio para distribuir ni coordinación para replegarse y defender. Zidane, entre medias, intentó tirar paredes con ellos y descubrió -la dura realidad- que ninguno se la devolvía en condiciones o simplemente la perdían. El francés sólo conectó con Figo y Raúl, y el resto fue penuria. Perdió balones por un tubo, se lo vio faltón y no escamoteó patadas a destiempo.

En el balance final, la carta estadística reveló que el antizidane, Toro Acuña, hizo menos faltas que el propio Zidane y además le robó cuatro balones. El Madrid, en general, hizo 17 faltas por 12 del Zaragoza. Además, tuvo menos el balón que su rival. El equipo de Zidane y Figo tuvo menos el balón que el equipo de José Ignacio y Acuña.

"Es un partido más", decían los jugadores al salir del campo. No querían comentar lo que pensaban para no destapar polémicas. A Del Bosque debió ocurrirle igual. Tal y como están las cosas, mejor evitar la sinceridad que meterse en berenjenales. Inspirado por esta intención el técnico blanco actuó con espíritu diplomático. Se puso serio y declaró: "El partido ha traído conclusiones positivas. Hemos jugado ordenados y sin altibajos. Hacía tiempo que no metíamos goles desde fuera del área [por el tanto de Flavio]. Ha habido cosas positivas, lo cual no quiere decir que haya sido un buen partido".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de agosto de 2001