Un vecino de Alzira ha denunciado ante el Juzgado a la dirección del Hospital de la Ribera por 'falta de atención médica, con riesgo para la vida de la madre y el bebé', así como por haber sido objeto de 'amenazas, coacciones y retención ilegal', el pasado día 6 en el pabellón de maternidad, después de que su mujer ingresara con síntomas de parto. Lo médicos de guardia, según señaló el marido de la paciente, César Jara, 'no sabían qué hacer; uno decía que había que esperar a que dilatase, otro que se le podía hacer cesárea, pero todos pasaban la decisión al siguiente turno'.
Al día siguiente, la parturienta Juana Jaquez seguía en su habitación 'a pesar de tener contracciones cada tres o cuatro minutos y fuertes dolores'. Jara reclamó a lo largo de la tarde la presencia de un ginecólogo de forma reiterada y con posterioridad solicitó el alta médica voluntaria para trasladar a su mujer al hospital La Fe de Valencia. El denunciante advirtió al supervisor del pabellón su intención de avisar a la policía si el guardia de seguridad de la puerta de la habitación les impedía la salida. Finalmente la dirección del centro accedió y Jara trasladó a su mujer hasta el hospital La Fe de Valencia en su vehículo particular, tras serle denegada una ambulancia, donde dio a luz a un varón tras practicársele una cesárea.
Sin embargo fuentes de la dirección del hospital rechazaron estas acusaciones calificándolas de 'absolutamente falsas', ya que 'el centro cumplió con todos los requisitos que la práctica médica exige en estos casos'. Según las mismas fuentes, el matrimonio 'se negó a que la ginecóloga le practicara otro control el día 7' y 'el marido insultó y amenazó a una enfermera'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de agosto de 2001