Resulta paradójico descubrir en Vitoria, una de las ciudades que presume de contar con una red de servicios sociales y de protección a los desfavorecidos más importantes de España, un campamento de ciudadanos rumanos que viven en penosas condiciones. Se trata de viejos conocidos de los vitorianos, ya que llevan más de seis años en la ciudad. El Ayuntamiento ha decidido mejorar las condiciones higiénicas en las que viven, pero también les ha advertido de que no va a permitir que el campamento se convierta en un poblado estable y que deben integrarse en la ciudad a través de los servicios sociales que pone a su disposición.
Hasta ayer, la colonia, formada por cerca de cuarenta personas, apenas disponía de dos urinarios móviles para hacer sus necesidades, que casi siempre se encuentran anegados, según sus moradores. El traslado de estas personas, el pasado 3 de agosto, desde el aparcamiento de la Plaza de Toros, donde se habían ubicado desde su llegada, hasta un solar municipal situado en las afueras de la ciudad, cercano cerca al Parque de Bomberos y la comisaría de la Policía Municipal, ha vuelto a poner de actualidad las duras condiciones en las que vive este grupo de inmigrantes. Sus condiciones higiénicas mejorarán a partir de hoy con la instalación de una caseta con varias duchas y baños. La visita que ayer realizó al asentamiento el teniente de alcalde, Miguel Ángel Echevarría, ha servido para acelerar la puesta en marcha de este nuevo servicio. Sin embargo, el objetivo del Ayuntamiento va más allá: 'No habrá ningún campamento estable en Vitoria. Los rumanos deben integrarse en la ciudad', zanjó Echevarría, quien considera que no han hecho lo suficiente para ello, a pesar de las facilidades que se les han dado.La visita del teniente de alcalde al campamento resultó fructífera, al menos eso es lo que cree Echevarría.
Nueva área de servicio
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de agosto de 2001