Nada más conocerse las primeras noticias del atentado en San Sebastián, se supo que la primera persona que socorrió a los heridos y especialmente al niño de 16 meses malherido era Fernando Postigo, un fotógrafo de El Diario Vasco que estaba tomándose un café en un bar cercano. Postigo relató ayer esos momentos dramáticos a la cadena CNN+ con especial énfasis en el estado del niño.
Ésta es una transcripción literal de sus palabras: "Bueno, primero oí una especie de petardo, como si fuese un cartucho de escopeta de caza y a los dos o tres segundos el coche apareció por su propia inercia enfrente de la cafetería. Estaba lleno de humo, no se veía casi nada dentro, la gente que pudiera haber dentro del vehículo. Salió la conductora, una chica joven, que resultó ser la tía del bebé, o sea la hija de la señora que falleció, que estaba tremendamente nerviosa y salió pidiendo socorro y ayuda.
Yo me dirigí inmediatamente al vehículo, a la parte de atrás, donde estaba la señora, que estaba inerte. Era imposible moverla, y con el bebé en brazos. La tía cogió el bebé y me lo dio a mí. El bebé estaba destrozado, hecho polvo. Tenía los ojos... nada... era una masa gelatinosa, los dos ojos... y parte de la masa encefálica también la tenía en la frente. Estaba ensangrentado, estaba llorando el niño... Ufff... Me imagino que estaría sufriendo terriblemente
[...] Continuamos nuestro camino hasta la residencia, hasta urgencias de la residencia. El niño no paró de llorar y de sufrir en todo el trayecto, lo cual fue terrible, terrible y es, verdaderamente, todo [...] El que sea un bebé a quien tienes en brazos, sin ojos y casi sin cerebro, llorando, sufriendo, en tus brazos, eso es terrible... eso es una cosa... bueno [...] Lo primero, yo creo que está la humanidad y después está tu profesión, sea cual sea, me es igual.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de agosto de 2001