El centenar de inmigrantes que lograron huir de la redada policial del pasado jueves en Barcelona podrán alojarse en centros y pisos gestionados por Cáritas y Cruz Roja. Así lo acordaron ayer el Ayuntamiento y la Generalitat en una reunión que pretendía zanjar la crisis iniciada el pasado 6 de agosto, cuando el Ayuntamiento desalojó al grupo de inmigrantes que acampaban en la plaza de Catalunya.
Desde el pasado jueves, cuando la policía detuvo a 112 personas en la plaza André Malraux, un centenar de inmigrantes se encuentran escondidos en sedes de organizaciones y partidos políticos.
Ahora podrán salir de su escondite, aunque la consejera de Bienestar Social, Irene Rigau, precisó que el alojamiento que se les facilitará será "temporal". Ayuntamiento y Generalitat, sin embargo, han hecho suya una de las principales demandas de los inmigrantes: que se mantenga la confidencialidad de los extranjeros acogidos para evitar así su detención.
En esta reunión no se llegó a convocar a la Delegación del Gobierno, ya que esta administración afirmó el lunes que tenía "poco que negociar".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de agosto de 2001