'Hay que retirar a este chico de la calle', declaraba ayer el sargento James Lewis, refiriéndose a Nikolay Soltys, un ucranio de 27 años que la noche del domingo al lunes mató a puñaladas a su mujer embarazada, a dos sobrinos de de nueve y diez años y a dos de sus tíos, y acto seguido se dio a la fuga llevándose a su hijo de tres años en Sacramento, California.
El coche plateado de Soltys, que la policía encontró el lunes por la noche en un barrio de inmigrantes ucranios próximo a la casa del asesino, es por el momento la única pista de que dispone John McGinnes, el sheriff de Sacramento. 'Probablemente haya buscado cobijo en casa de algún conocido', declaró McGuiness antes de dar comienzo el registro de los apartamentos próximos al lugar donde fue encontrado el vehículo. 'Nuestra mayor preocupación es el estado del niño de tres años que Soltys se ha llevado con él', añadió el sheriff.
La policía desconoce aún el móvil del crimen, pero cada vez cobra más fuerza la hipótesis de que se trate de una disputa familiar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de agosto de 2001