El director de Comunicación de Bayer en España, Ignacio Sánchez León, reiteró ayer la "absoluta tranquilidad" de la compañía ante los pleitos. "¿De qué nos van a acusar? Estamos convencidos de que no tienen ningún argumento jurídico. Que anuncien una demanda no quiere decir que ésta se admita", aclaró. "Eso sí, si algún tribunal admite una querella, nos vamos a defender con todas las de la ley", afirmó, y declaró tajante: "Seguimos manteniendo que no se puede probar una relación directa causa-efecto entre el Lipobay y las muertes".
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Ésta es precisamente una de las posibilidades de defensa de Bayer en España. Las legislaciones europeas exigen que se demuestre la vinculación entre causa y efecto. En EE UU, en cambio, basta con demostrar que existe una relación entre el medicamento y el daño, aunque sea estadística. La denuncia de Zaragoza se une a los pleitos iniciados en los últimos días en Italia y en Francia, y a las querellas colectivas que se preparan en Estados Unidos.
La Agencia Española del Medicamento suspendió la venta del Lipobay el 8 de agosto, el mismo día que Bayer anunció que retiraba el producto del mercado. La empresa explicó que tomaba esta medida al comprobar que en algunos países se seguía prescribiendo Lipobay con otros fármacos contra el colesterol a base de gemfibrocilo. Esta combinación puede agudizar la rabdomiólisis, un efecto secundario de la cerivastatina que consiste en la destrucción del tejido muscular. Los restos de este proceso llegan al riñón y pueden colapsarlo, lo que es mortal. El subdirector general del Medicamento, Ramón palop, reconoce que otros 56 españoles, además de los cuatro fallecidos, padecen graves efectos adversos por haber consumido Lipobay, Vaslip, Liposterol o Zenas Micro, las cuatro presentaciones de la cerivastatina. En el 65% de los casos, los efectos adversos se han relacionado con la ingesta combinada de cerivastatina y gemfibrocilo, según Palop.
Efecto sin combinar
Pero no es imprescindible combinar Lipobay y gemficrocilo para notar los efectos adversos. Unos 12 millones de personas consumen fármacos compuestos por estatinas (la familia de la cerivastatina) en el mundo. Estas moléculas se empezaron a usar en 1987, y en todas ellas se han descrito casos de rabdomiólisis como efecto secundario. El Washington Post publicó ayer que la Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA), ha recibido en 13 años 81 denuncias por muertes asociadas al consumo de estatinas y 31 por cerivastatina. Esta incidencia es "10 veces superior para la cerivastatina que para las otras estatinas", declaró un oficial de la FDA. De las muertes atribuibles a la cerivastatina, sólo el 30% se debe a al ingesta conjunta de Lipobay (o fármacos de igual composición) y gemfibrocilo, afirmó.
Desde que el Ministerio de Sanidad anunció la suspensión de la comercialización del Lipobay y de los demás productos fabricados con cerivastatina la Asociación Defensor del Paciente ha atendido a cerca de 50 enfermos alarmados por sus efectos. La asociación ha emplazado a Bayer a tener una reunión para discutir la posibilidad de indemnizar a los afectados sin necesidad de llegar a juicio. La presidenta de la asociación, Carmen Flores, opina que, además de la empresa, al encuentro deberían asistir representantes de Sanidad. "La Administración también tiene algo que decir en este asunto", declaró. "En Alemania y Francia las autoridades han tomado la iniciativa de la atención de los afectados, y aquí nadie ha dicho nada", afirmó Flores.
El ejemplo de lo que dice Flores es Italia. El fiscal Raffaele Guariniello inspeccionó el lunes la sede de Bayer en Milán. Guariniello interrogó a dirigentes de la compañía, y examinó documentos de la sociedad para establecer si el medicamento fue retirado a tiempo del mercado, según fuentes judiciales. En Italia no ha habido muertes asociadas al Lipobay, pero 17 enfermos padecen los efectos adversos de haberlo consumido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de agosto de 2001