La rebaja de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos ha tenido un efecto negativo sobre los mercados de valores, puesto que ha servido más para recordar a los inversores lo mal que andan las cosas que los esfuerzos que se están haciendo para arreglarlas.
La Bolsa de Nueva York y el mercado Nasdaq tuvieron una primera reacción muy negativa que marcó la apertura de los mercados europeos. Las referencias a la capacidad de arrastre de la crisis estadounidense no eran más que la confirmación de un hecho, pero todo cambió para las bolsas europeas cuando en Alemania se daba a conocer un giro imprevisto en la confianza de los empresarios. El instituto IFO anunciaba una subida de cuatro centésimas en la confianza empresarial en el mes de julio y, aunque hay que esperar para ver si ese giro se mantiene en los próximos meses, los inversores lo aprovecharon para tomar posiciones en unos mercados que antes de ese dato no tenían atractivo, pero que inmediatamente después se consideraron sobrevendidos, es decir, baratos.
El mercado español disfrutó, además, de las buenas noticias para Argentina tras el último apoyo del FMI, pero no por eso se generalizaron las compras, y hasta se produjo una leve recuperación del precio de la deuda en el mercado secundario, después de caer durante toda la jornada.
El euro llegó a cotizar a 0,9241 dólares, un nivel desconocido desde el mes de marzo, pero a última hora de la tarde también hubo un cambio de actitud del mercado y la moneda europea cotizaba a 0,9173 dólares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 23 de agosto de 2001