Las calles de Buñol (Valencia) se tiñeron ayer de rojo con los 120.000 kilos de tomate que, desde 1944, sirven de proyectiles a las personas que acuden a la popular Tomatina. Cerca de 30.000 personas de países tan dispares como Nueva Zelanda, Japón, Estados Unidos, Argentina, Alemania, Italia... se dieron cita en esta localidad. Desde el mediodía seis camiones, en intervalos de 10 minutos, repartieron la carga en los poco más de 700 metros de las estrechas calles buñolenses. Una hora después los participantes se quitaban el tomate en 50 duchas habilitadas por el Ayuntamiento y en el río Buñol, que atraviesa la localidad. La Tomatina cuenta con un presupuesto de 2.400.000 pesetas. Este año se han acreditado 40 medios de información de todo el mundo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 23 de agosto de 2001