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Conmoción por el asesinato en Brasil de seis empresarios portugueses

Río de Janeiro / Lisboa

El asesinato a sangre fría de seis empresarios portugueses en la localidad brasileña de Fortaleza ha conmocionado a Portugal, sobre todo tras conocerse que fue un compatriota quien les secuestró y acabó con su vida. Los seis cadáveres fueron encontrados en un bar de la playa de esa popular ciudad costera del noreste brasileño, apilados en una fosa. Luis Militão Guerreiro, de 31 años, también portugués y dueño del bar, confesó el crimen, cuyo móvil parece ser el robo.

Los detalles del crimen son truculentos. La policía declaró que habían sido acuchillados y golpeados con una pala el mismo día que llegaron a Brasil, el pasado 12 de agosto. Además, a falta de la autopsia, también había señales de disparos y asfixia.

Los empresarios viajaron de vacaciones, invitados por el propio Guerreiro, amigo de uno de ellos, que le había alojado en una casa al sur de Lisboa mientras se preparaba para emigrar a Brasil. Según su declaración inicial, les fue a buscar al aeropuerto y los llevó a su casa de la playa. Tenían reservas en un hotel al que nunca llegaron, por lo que desde entonces, basándose en las primeras declaraciones de Guerreiro, se creía que estaban secuestrados. Hasta que el jueves se encontraron los cuerpos en su mismo bar. En esos días, Guerreiro utilizó tarjetas de crédito de sus compatriotas para hacer compras (joyas y cámaras de fotos) por valor de 17.000 dólares (más de tres millones de pesetas).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 26 de agosto de 2001