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El último consejo de Fischer a Sampras

'Creo que, si tiene buena actitud para demostrar que aún sigue siendo el mejor, puede ganar'. Un consejo escueto, pero significativo. Se lo dio Pete Fischer, de 59 años, a Pete Sampras, al que dirigió desde lo 9 a los 18, el mismo día que salió de la cárcel en la que permaneció tres de los seis años a los que fue condenado por pederasta.

Fischer marcó las pautas de la carrera de Sampras cuando el 13 veces campeón de un Grand Slam sentaba las bases de su juego. 'El modelo es siempre Rod Laver. El objetivo, alcanzar sus mismos títulos', le decía a Sampras. Y su alumno no sólo cumplió, sino que se superó. Dejó atrás los 11 triunfos del australiano y se convirtió, con 13, en el más laureado.

'Su récord', insistió Fischer en The New York Times, 'no va a ser superado. Por tanto, me habría gustado que se retirara tras ganar en Wimbledon el año pasado. Y así se lo dije'.

Desde entonces, su relación con Sampras apenas ha existido. Sólo algunas cartas y varias sin respuesta. Mientras Fischer intenta rehacer su vida entrenando a jugadores ya consolidados (asegura que Gimelstob y Alexandra Stevenson han hablado con él) e intentando publicar su libro, Tenis para campeones, Sampras inicia su andadura en el Open de Estados Unidos sin saber exactamente qué le espera.

Asegura que está a punto a pesar de sus 30 años y lo demuestra disputando anoche la final de Long Island ante Haas. Pero desde que perdió la final del año pasado ante el ruso Marat Safin su estrella se ha perdido en el horizonte: no ha pasado de unos octavos de final en el Grand Slam.

En Nueva York los favoritos son otros: Kuerten, Rafter, Agassi y Safin. Y la ilusión norteamericana está puesta en Roddick.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de agosto de 2001