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OPINIÓN DEL LECTOR

Salir de las drogas

Desde hace algún tiempo tengo ganas de hacer pública mi historia que fue durante mucho tiempo un infierno que amargó mi vida. Yo era la madre de un chico como cualquier otro, con los problemas típicos de su edad. Fueron pasando los años y fue cambiando. Notaba en él algo extraño; cada vez estaba menos tiempo en casa, incluso en ocasiones notaba que me faltaba dinero. Comencé a fijarme más en lo que hacía hasta que un día le encontré una jeringuilla. Me quedé de piedra. Busqué ayuda y encontré psicólogos, centros de día y el resultado siempre era el mismo: cuatro días bien y otra vez a empezar y cada vez peor.

Un día llegó a mis manos un número de teléfono y me animé a llamar. Me contestó una chica que me explicó lo que era el programa Narconon, me gustó y después de hablar con mi hijo probamos. El resultado fue algo increíble pues mi hijo volvió a la vida y hoy en día, y hace ya cuatro años, es una persona distinta, con la que se puede vivir.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de agosto de 2001