Una reunión urgente en su caravana el domingo, a última hora, estropeó la jornada feliz de Àlex Crivillé en Brno. En sus negociaciones para 2002, no alcanzó un acuerdo con los directivos de Honda Racing Corporation, el departamento de competición de la marca japonesa, y las relaciones se dieron por terminadas.
Después de diez temporadas juntos en la categoría reina, la de los 500cc; con 15 victorias, 51 podios y un título mundial (1999), los japoneses dejan de contar con el motociclista español. Ahora, aunque hace unas semanas, en Alemania, insinuó que podría plantearse la retirada, la intención de Crivillé es continuar corriendo porque se siente competitivo y capaz de lograr buenos resultados.
Abierto a alguna de las ofertas antes rechazadas, tiene varias opciones: pasarse a una de las firmas que compiten en el Campeonato del Mundo, como Suzuki o Yamaha; fichar por una de las nuevas, como Ducati o Aprilia, o unirse a uno de los equipos privados, como el de Sito Pons o el de D'Antin.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de agosto de 2001