Centenares de manifestantes, en su mayoría mujeres, exigieron ayer ante las oficinas del Gobierno surafricano en Johanesburgo la distribución de un fármaco antirretroviral, la Nevirapina, que evita que las madres embarazadas afectadas por el sida contagien el mal a los fetos. Las protesta forma parte de la campaña lanzada la pasada semana por la organización no gubernamental Treatment Action Campaign (TAC) que ha presentado dos querellas contra el Gobierno surafricano al que acusa de no distribuir este medicamento en los hospitales públicos a pesar de que la multinacional Boehringer Ingelheim ofreció hace un año suministrar gratis la Nevirapina a las madres gestantes en los países en vías de desarrollo.
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TAC abanderó con Médicos Sin Fronteras y Oxfam la presión internacional que obligó a las multinacionales farmacéuticas a retirar en abril una demanda judicial contra el Ejecutivo surafricano para impedirle usar fármacos genéricos.
Suráfrica tiene cinco millones de enfermos de sida, es decir una persona de cada nueve, la proporción más elevada del mundo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de agosto de 2001