Fuentes de la organización que preside José María Arroyo confirmaron la petición de ambas dimisiones y adelantaron que la ONCE tiene la intención de hacerlas públicas el próximo lunes, día en el que está prevista la celebración de un pleno extraordinario del Consejo General. En dicho pleno está también previsto examinar el informe elaborado por el secretario general, Jorge Íñiguez, sobre las circunstancias que llevaron a la Fundación ONCE, dirigida por José Manuel Pichel, a participar en las actividades de la agencia de valores Gescartera, en la que han desaparecido 18.000 millones de pesetas.
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De hecho, la participación de la Fundación ONCE en Gescartera, asumiendo un 10% del capital de la sociedad y sentando en su consejo a José Manuel Pichel, fue clave para que tanto los responsables de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como el Ministerio de Economía dieran el visto bueno para elevar el rango de Gescartera de sociedad de cartera a agencia de valores, lo que le permitía moverse más y mejor en los mercados financieros.
Respaldo
El hecho de que el presidente de la ONCE haya solicitado la dimisión no sólo de Pichel, sino también de Rafael de Lorenzo, vicepresidente de la organización, confirma que la participación de la Fundación ONCE (que maneja anualmente 12.000 millones de pesetas, un 3% de los presupuestos globales) no fue decidida solamente por José Manuel Pichel, sino que contó con el respaldo de otras instancias más altas, presumiblemente de Rafael de Lorenzo.
Éste, considerado un hombre inteligente y dúctil, mantuvo siempre buenas relaciones con el ex secretario de Estado de Hacienda Enrique Giménez-Reyna. De Lorenzo mantuvo en febrero de este año reuniones con el propietario de Gescartera, Antonio Rafael Camacho, y con la presidenta de la agencia de valores, Pilar Giménez-Reyna, para tratar de recuperar los 540 millones de pesetas comprometidos por la organización de ciegos. Pilar Giménez-Reyna, según fuentes al tanto de la investigación, llevaba personalmente la cuenta de la ONCE, que mantenía relaciones con Gescartera desde el año 1998.
Oficialmente, el cese de los dos altos cargos de la ONCE se debe a que se habrían detectado "irregularidades en los procedimientos de inversión". Por el momento, según las fuentes consultadas, no se habría entrado en otros extremos más delicados, como la posibilidad de que alguien en el seno de la organización se hubiera lucrado personalmente de las operaciones cerradas con la sociedad Gescartera.
Comisión
Otras fuentes señalan además como hecho significativo que la petición de dimisiones de dos altos responsables en la ONCE se haya producido antes de que comience a trabajar la comisión de investigación parlamentaria aprobada por el Gobierno, cuya labor se iniciará previsiblemente la próxima semana. Según dichas fuentes, la ONCE, regida por un patronato del que forman parte los Ministerios de Economía, de Hacienda, de Trabajo y de Interior, habría tenido en cuenta las posibles repercusiones del caso en las próximas semanas y habría adelantado la decisión de cortar por lo sano.
El escándalo de Gescartera ha supuesto una auténtica convulsión en el seno de la ONCE. Una de las primeras medidas adoptadas ha sido la creación de un comité supervisor de inversiones, que estará dirigido por el vicepresidente primero, Mario Loreto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de agosto de 2001