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CARTAS AL DIRECTOR

Infiernos terrenales

Desde tiempos, que los libros nos recuerdan, el hombre busca sus paraísos.

Pero lo que para unos es paraíso, para otros puede ser un infierno. Es fácil adivinar los diferentes orígenes que crearon los 'paraísos fiscales'. Algún infierno dejaron en algún lugar. Leyendo el artículo sobre el rechazo de la petición de extradición por el Gobierno de Fernando de la Rúa, y avalado por el ministro Horacio Jaunarena, del genocida Alfredo Astiz, me percato de la existencia de 'paraísos morales', donde habitan los seres más infames de nuestra especie.

Viví en Argentina en el periodo 1986-1998 y conozco, en la carne y en las ausencias de algunos de mis mejores amigos, los infiernos que se corresponden a este paraíso moral argentino. Por supuesto que hay otros paraísos de este tipo a lo largo y ancho de nuestro mundo.

No hay palabras para contar el desasosiego. Epidemia de amargura en la ciudad de Buenos Aires, así como en el resto del país.

Náufragos de aquella dictadura por el resto del mundo, así como en nuestro país en calidad de inmigrantes, parte de esos sudacas que todos conocemos se resienten de esa cicatriz que duele tanto con los cambios de tiempo.

Mientras, me hago alguna pregunta. ¿Qué tipo de principios se defienden, exactamente, con esta decisión del Gobierno argentino?

¿La soberanía de qué valores se está protegiendo?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de agosto de 2001