La Policía Municipal de Bilbao tiene orden de desalojar a la familias de origen rumano asentadas junto a la Basílica de Begoña. Ocho furgonetas equipadas como vivienda y dos vehículos allí instalados acogen a personas adultas, algún anciano y niños desde, al menos el inicio de la Aste Nagusia, que concluyó el domingo último. Las familias viven en los vehículos, que mantienen estacionados en el aparcamiento, bajo la Iglesia, sin que al parecer hagan uso de la vía pública, salvo para reunirse a charlar y en el caso de más pequeños, a jugar.
El jefe de la Policía Municipal, Jaime Urrutia, señaló ayer que agentes de la guardia urbana han acudido a la zona, alejada del centro urbano, y advertido a las familias de la imposibilidad de que sigan en el lugar.
Sabas quiere que se marchen Urrutia participó junto a José Luis Sabas, concejal del área de Cultura, en una conferencia de prensa para comentar el desarrollo de las fiestas. Durante el acto, y a preguntas de los medios de comunicación, Urrutia reconoció la presencia de los inmigrantes y anunció su próximo desalojo. Sabas intervino espontáneamente para decir que lo que tendrían que hacer es volver a su país. 'La solución está en que regresen a Rumanía', señaló.
El pasado 3 de agosto, el Ayuntamiento de Vitoria ordenó el traslado de una colonia de 40 personas originarias de ese país a un solar municipal situado en las afueras de la ciudad. Hasta esa fecha, las familias habían permanecido en el aparcamiento de la Plaza de Toros en condiciones mínimas de salubridad. La mayoría viven de la venta de los periódicos de la calle.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de agosto de 2001