Fermín López Benítez, de 59 anos, murió electrocutado el martes por la noche en el hotel Taramay de Almuñécar (Granada) cuando tropezó con un cubo con agua y cayó al suelo, donde tocó un cable de tierra que comunica con un transformador situado a unos diez metros de la piscina y a similar distancia del edificio del hotel, dentro del recinto del establecimiento. El transformador, de la compañía Sevillana, suministra energía a toda la barriada, según explicó Julio Fajardo, director del hotel. La familia anunció ayer que emprenderá acciones judiciales para exigir responsabilidades por negligencia en la muerte de Fermín López, que deja viuda y dos hijos y era cliente habitual del bar de las instalaciones hoteleras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de agosto de 2001