A principios del siglo pasado, casi la mitad de la sierra de Collserola -entre Barcelona y el Vallès- estaba cubierta de viñedos. La finca de Can Coll suministraba entonces el vino que consumía Cerdanyola. Pero en la década de 1950, el cultivo se abandonó y fue sustituido por explotaciones forestales de pino.
Con la intención de recuperar una producción típicamente mediterránea como es la viña, el Consorcio del Parque de Collserola plantó en 1995 en Can Coll un total de 866 cepas, en una superficie de 5.000 metros cuadrados, pertenecientes a las variedades de ull de llebre, merlot y cabernet sauvignon. Estos días se ha efectuado la primera vendimia de los nuevos viñedos. La producción de vino estimada será de 1.000 litros de vino tinto joven, que será destinado a actos institucionales del consorcio y utilizado también como obsequio.
La cosecha ha tenido que esperar un año porque en la pasada temporada una plaga de metcalfa pruinosa la arruinó completamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de agosto de 2001