Aparte de Sergio García, a quien el escocés Sam Torrance, el capitán, confirmó ayer como uno de los dos jugadores que va a elegir directamente para componer el equipo, Miguel Ángel Jiménez es el único golfista español que aún tiene posibilidades matemáticas de disputar con Europa la bienal Copa Ryder contra Estados Unidos, a finales de septiembre, en The Belfry (Reino Unido).
Para ello, eso sí, Jiménez tendrá que dar el do de pecho desde hoy hasta el domingo en el Open de Múnich, el último torneo puntuable. Duodécimo en la clasificación al efecto, según las ganancias obtenidas en un periodo concreto -los diez primeros tienen una plaza segura en el conjunto-, el malagueño se halla a 88.000 euros del décimo, el galés Philip Price, y a 60.000 del undécimo, el inglés Ian Poulter. Su triunfo en la cita alemana le garantizaría entrar en el cuadro, ya que el ganador se llevará 300.000 euros, de los 1,8 millones con los que está dotada la competición, y el segundo sólo 200.000.
Las opciones de José María Olazábal, en competencia con el sueco Jesper Parnevik, el galés Ian Woosnam y algún británico más, se reducen a la segunda invitación personal de Torrance, quien la hará publica tras el Open muniqués.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de agosto de 2001