En la cuarta y última de feria ocurrió el regalo de una novillada de casta que fue a mejor y embistió en la muleta, y los tres novilleros explicaron sus mejores conocimientos toreros con el fin de salir triunfadores, ganar en la partida que sobre el albero estaba planteada. Al fin y al cabo, la que siempre se entabla cuando el toro sale al ruedo. Ven, toro, que aquí estoy yo. Y demostrar quién manda, y hacerlo con torería, valor y arte. Y quien más mandó fue Matías Tejela.
En su primero Tejela tuvo ante sí el mejor novillo de la tarde, noble y repetidor, al que saludó de capote con lances vibrantes hacia afuera. Las series de muletazos fueron ligadas, mejor cuando se fue centrando, y le permitió poner gusto y espaciosidad. Se volcó en la estocada y se ganó dos orejas que le permitirían salir a hombros. En su segundo realizó una faena de muleta completa que estropeó con la espada, pues hubiera podido sumar trofeos y parabienes. Se echó la muleta enseguida a la mano izquierda, por donde dio tres series de naturales bien relacionados en donde no faltó temple. Sin embargo fue en redondo por el pitón derecho por donde consiguió hacer el toreo ligado, con temple y torería, rematado con variados adornos, cambios y otros pases de enjundia.
Alejandro Amaya toreó desigual de capote en su primero, mejor por el lado izquierdo, y por ahí también toreó mejor en el tercio muleteril, en una faena algo fría, que fue poco a poco calentándose y dejó notas de su estilo elegante y algo cerebral.
En su segundo, el novillero azteca consiguió a medias templar las embestidas encastadas del novillo de Guadalmena, corrió mejor la mano izquierda, y siguió denotando su buen corte. Como la espada la manejó con certeza y habilidad cortó las orejas.
Serafín Marín recogió a su primero echándole el capote abajo y luego se lo llevó hacia las afueras, camino de los medios, en donde jugó bien los brazos y se embraguetó con el picante del novillo que pedía guerra. Se la dio en el último tercio y ganó la batalla con la muleta por delante, llevándola embestida por bajo y hacia atrás. En series de redondo por el pitón derecho, el que era potable en el toro, y cuando le pudo se la pasó a la izquierda y extrajo una buena serie.
En su segundo, el espigado y recio novillero, se fue sin conseguir trofeo y perdió la puerta grande, por mor de la espada, después de una faena con desniveles en la que hubo muletazos hondos y de mando.
Al perfilarse con la espada acertó al tercer embite en una estocada en la suerte natural, después de dos pinchazos en la que le dio al burel salida hacia las tablas.
Guadalmena / Amaya, Tejela, Marín
Novillos de Guadalmena, desigualmente presentados, pero serios, con casta, mansearon en los caballos y fueron a más, dieron buen juego. Alejandro Amaya: oreja en los dos. Matías Tejela: dos orejas; vuelta al ruedo. Serafín Marín: oreja; vuelta al ruedo. Alejandro Amaya y Matías Tejela salieron a hombros. Plaza de Alcalá de Henares, 29 de agosto. 4ª y última corrida de feria. Un cuarto de entrada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de agosto de 2001