Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
REPORTAJE

"Vaya usted con Dios, buen hombre"

Los vecinos de Águilas inundaron las paredes del pueblo con fotografías de su 'gran actor'

Gritos de "Paco, Paco, Paco", aplausos, llantos y emoción a raudales recibieron en Águilas los restos de Francisco Rabal, a primeras horas de la madrugada de hoy. Miles de vecinos del pueblo natal del actor esperaron junto al centro cultural que lleva el nombre de Paco Rabal a que llegara la comitiva fúnebre, que se trasladó en coche desde Madrid tras haber volado por la tarde desde Burdeos. Sujetada casi en volandas por sus hijos, Benito y Teresa, la viuda del actor, Asunción Balaguer, fue esperada también por el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca; el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel; y el alcalde de Águilas, Juan Ramírez.

Después de abrirse paso entre la multitud, los familiares y los amigos más allegados permanecieron un rato en la capilla ardiente, instalada en el centro cultural. Miles de vecinos comenzaron a desfilar después ante las cenizas de Paco Rabal, ya entrada la madrugada. La urna con los restos del protagonista de Viridiana será enterrada a las diez y media de la mañana de hoy en la pedanía de Gos donde nació en 1926.

El pueblo de Águilas lloraba ayer la muerte del más ilustre de sus vecinos. El actor que tuvo que marcharse del municipio para no pasar hambre volverá para cobijarse a la sombra del almendro y junto a la ermita en la que su hija Teresa contrajo matrimonio. Sus conciudadanos buscaron fotografías del artista para colocarlas por las calles.

Bajo un almendro y al lado de una ermita. Los restos de Paco Rabal serán esparcidos hoy por expreso deseo del actor en la pedanía de Gos, el pueblo minero situado a seis kilómetros de Águilas. Muy cerca de allí en Calabardina tenía el artista una casa -llamada Milana Bonita en honor al pájaro que cuida en Los santos inocentes- a la que acudía cada vez que su trabajo se lo permitía. Muchos vecinos de la zona lo vieron por última vez las pasadas Navidades, recorriendo como siempre los bares de la zona e invitando a todos sus paisanos. Lo encontraron más gordo que de costumbre, pero nadie podía imaginar lo que ocurriría meses más tarde.

El centro cultural Francisco Rabal, inaugurado en 1991 y situado en la plaza que lleva el nombre de su mujer Asunción Balaguer, se convirtió ayer durante toda la tarde en un hervidero de vecinos y amigos que se acercaron hasta el lugar para dejar testimonio de su dolor. Dos grandes fotos del actor, muy joven y sonriente, realizadas por Gyenes estaban colgadas a la entrada.

A última hora de la tarde, más de un millar de personas había dejado su firma en los tres libros dispuestos para ello por el Ayuntamiento de Águilas. "Para el mejor Segismundo", rezaba uno de los escritos, o "Vaya usted con Dios, buen hombre", escribía otro sobre su rúbrica.

Muchas personas no pudieron contener las lágrimas a lo largo del día. La noticia de la muerte del actor cayó como una bomba en Águilas, una localidad de 27.000 habitantes que multiplica su población en verano. El día de la muerte de Paco Rabal no se olvidará fácilmente en Águilas.

El Ayuntamiento ha decretado tres días de luto y el alcalde del municipio, el popular Juan Ramírez, viajó ayer hasta el aeropuerto de Barajas para acompañar personalmente a los familiares de Rabal, durante el viaje por carretera. En representación de la Academia de Cine se desplazó hasta Águilas su presidenta, Marisa Paredes. También se acercaron hasta Águilas, entre otras personalidades del mundo de la cultura y de la política, Francisco Frutos, el secretario general del PCE, partido al que Paco Rabal estuvo muy ligado; la actriz Margarita Lozano; o el alcalde de Calanda (Teruel), Antón Borraz, el pueblo donde nació Luis Buñuel. El director aragonés lanzó a la fama a Paco Rabal y ambos mantuvieron una amistad de décadas hasta el punto de que el actor llamaba tío Luis al cineasta.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de agosto de 2001