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El Gobierno de Buenos Aires, obligado a anular la orden de detener a niños mendigos

El drama de los llamados 'chicos de la calle', niños abandonados a su suerte en las calles de Buenos Aires y la periferia de la capital argentina, saltó esta semana a las portadas de los periódicos. La prensa filtró una circular interna de la policía en la que se ordenaba a las patrullas que detuvieran a los menores que pidieran limosna, en virtud de un decreto que data de la época de la dictadura (1976-1983). El gobernador peronista, Carlos Ruckauf, apoyó en principio la decisión del ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Ramón Verón, que justificó la medida porque, a su juicio, 'trata de proteger a los chicos de la explotación de los adultos y está contemplada en la ley', pero las reacciones contrarias que provocó le obligaron ayer a suspenderla. Entre otras acusaciones, la temida policía bonaerense fue denunciada por más de 100 casos de tortura en comisarías en los últimos 45 días. La oposición consideró que la intervención de la policía 'vulnera las disposiciones de la Convención de los Derechos del Niño' y acusó a Ruckauf de 'querer imponer la mano dura que prometió también contra los chicos'. El ministro de Desarrollo Social del Gobierno nacional, Juan Pablo Cafiero, dijo que 'hay que atacar a la pobreza, no a sus víctimas'.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de septiembre de 2001