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Una enferma británica logra que la justicia vea su petición de suicidio

Una enferma terminal, de 42 años y madre de dos hijos, superó ayer el primer paso en una excepcional batalla legal en demanda del derecho a morir con la asistencia de su marido. En una decisión celebrada por los partidarios de la eutanasia y criticada por los grupos provida, el Tribunal Supremo de Londres aceptó el recurso de la mujer y dió luz verde a la apertura del juicio en unas semanas.

Dianne Pretty sufre de una neuropatía degenerativa incurable, que le ha dejado prácticamente inmóvil sin afectar a su capacidad mental, y se ampara en la Convención Europea de Derechos Humanos en su demanda contra la fiscalía británica, que niega la inmunidad a su marido, Brian.

La propia Dianne acudió al juzgado londinense arropada por su familia. Desde su silla de ruedas, y sin poder hablar a consecuencia de la dolencia, sonrió al lograr su victoria preliminar. 'Está muy contenta con el resultado. Lucha por el derecho a escoger cuándo quiere morir. La decisión es completamente suya', dijo su marido.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de septiembre de 2001