Hace un año, Tommy Robredo y Andy Roddick disputaron su único enfrentamiento en las semifinales de un torneo júnior. Mañana, estos dos jugadores de 19 años disputarán un partido de los octavos de final del Open de Estados Unidos. Casi nadie les esperaba ahí, porque se enfrentaban a dos jugadores más consolidados en el circuito, que ya saben lo que es estar en las rondas finales de un Grand Slam. Sin embargo, esta vez el rumbo de la historia cambió. Roddick se impuso a Àlex Corretja por 6-4, 6-2, 6-2. Y Robredo sorprendió a Juan Carlos Ferrero y le ganó en su primer partido a cinco mangas por 7-6 (7-5), 4-6, 6-4, 4-6, 7-6 (7-1) tras 3 horas y 30 minutos. La jornada de los españoles la cuadró el leridano Albert Costa, al imponerse al campeón de Wimbledon, el croata Goran Ivanisevic por 6-4, 7-6 (7-4), 7-6 (7-2).
La evolución de Roddick y Robredo está resultando impecable. El estadounidense se ha convertido en cuestión de ocho meses en la promesa más importante del tenis norteamericano. Aunque ésta es la primera vez que accede a la cuarta ronda de un Grand Slam, los tres títulos que se ha adjudicado este año en Atlanta, Houston y Washington y, sobre todo, la victoria que logró sobre Pete Sampras en el torneo de Miami, le han catapultado hasta la 18ª posición mundial y le han convertido en el sucesor de Sampras y Agassi en el corazón de los estadounidenses.
A ninguno de los 17.000 espectadores que llenaron la pista Arthur Ashe de Flushing Meadows le importó lo más mínimo si Corretja jugó bien o mal, o si estuvo "horrible", tal como él mismo calificó su actuación. Para ellos lo importante fue que Roddick ganó y que ha abierto un cuadro que parecía cerrársele ante el finalista de Roland Garros. "Que nadie piense que fue fácil", comentó Roddick tras la victoria. "Hasta el final tuve el temor de que Àlex podía remontar el partido".
Sin embargo, la victoria de Roddick no ensombreció en absoluto la de Robredo sobre Ferrero. El jugador de Hostalric evidenció que sus últimos resultados (octavos en RolandGarros, campeón en Sopot y ahora octavos en el Open de EEUU) no son ficticios. Su nivel es altísimo y lo demostró ante Ferrero, aguantando su ritmo, jugándole de tú a tú, y sobreponiéndose con el corazón a su desgaste físico en la quinta manga. "Ante Roddick voy a ponerme un casco", dijo. "Saca muy bien, pero yo resto bastante. No lo daré por perdido".
Hombres. Tercera ronda: Rafter (Austral.)-Lapentti (Ecu.): 7-6, 6-2 y 6-2. Safin (Rus.)-Arazi (Marr.): 7-5, 6-4 y 7-6. Agassi (EE UU)-Delgado (Par.): 7-5, 7-6 y 6-3. Sampras (EE UU)-Ypuzhny (Rus.): 6-3, 6-2 y 6-2. Zabaleta (Arg.)-Rusedski (R. U.): 6-7, 6-4, 7-5 y 7-6.
Mujeres. Cuarta ronda: Bedanova (R.Che.)-Seles (EE UU): 7-5, 4-6 y 6-3. Davenport (EE UU)-Likhovtseva (Rus.): 6-3, 0-6 y 6-3. S. Williams (EE UU)-Henin (Bel.): 7-5 y 6-0.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de septiembre de 2001