Me gustaría ser un personaje de una película de Medem. Después de ver ayer su última película Lucía y el sexo volvía a sentirme etérea, flotando por el cosmos como ellos, los personajes. Encuentro que tienen una pureza brutal y a la vez una extraña belleza.
Son seres suspendidos en el espacio, como partículas de meteorito, que se encuentran con otros trozos de meteorito. Y que se muestran, tal y como se muestran los animales, sin engañarse y sin miedo, sintiendo la vida plenamente con el cuerpo y volando con el espíritu. Seres de la tierra que se dirigen a las estrellas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de septiembre de 2001