Parece ser que en Hondarribia las cosas ultimamente no funcionan como debiera. El caso que nos ocupa se refiere a las obras que se realizan en el casco histórico de la ciudad: acaso no es barbaridad iniciar estas obras en pleno mes de junio, sabiendo que van a durar todo el verano; cómo se puede cerrar la calle Mayor en pleno mes de julio según las autoridades sólo para cuatro días, cuando saben que al final van a ser 15 y la presión de los vecinos obliga al alcalde a parar las obras; hace muy poco tiempo se publicaba en distintos medios, el reconocimiento de la zona afectada por la obra, como patrimonio histórico, pues nada, pasen y vean como las aceras originales han desaparecido de la calle Obispo; esta calle se levantó (literalmente) el mes de junio, pues al día de hoy, no se ha vuelto a tocar una piedra, será quizás para que los visitantes lo confundan con restos arqueológicos.
Por último, todo se realiza según los vecinos de la zona, sin ningún tipo de consulta a los afectados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de septiembre de 2001