El Fòrum de las Culturas, que debe tener como escenario Barcelona en el año 2004, corre el riesgo de convertirse en objeto de debate político entre las diferentes administraciones que lo propician: Ayuntamiento de Barcelona, Generalitat de Cataluña y Gobierno central. El alcalde, Joan Clos, aseguró que, tras la precipitada dimisión del consejero delegado del evento, Josep Caminal, el Ayuntamiento no permitirá que se reduzca ni la ambición ni los objetivos del Fòrum de las Culturas 2004, como han propuesto algunos dirigentes del PP y CiU. El propio presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, señalaba ayer mismo que el proyecto tal vez 'se tendría que redefinir, ya que todo el mundo cree que no tiene definición'. Pujol recordó que 'el Fòrum nació de una manera un poco estrambótica [fue una propuesta del entonces alcalde, Pasqual Maragall] y ha tenido que remontar'. De hecho, en los últimos días, Convergència i Unió ha llegado a utilizar la crisis del foro para criticar directamente a Pasqual Maragall. El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, aseguró, en alusión al asunto, que 'desde la fantasía no se puede gobernar un país'.
Redefinir el proyecto
La ministra de Educación, Cultura y Deportes, Pilar del Castillo, dijo, por su parte, que su departamento 'apoya y va a seguir apoyando' el Fòrum 2004 de Barcelona, aunque señaló que 'sería bueno que se estudiara una redefinición de algunos de sus contenidos'.
Con todo este mar de fondo, el Ayuntamiento de Barcelona se esforzaba por mantener el barco a flote. El alcalde de Barcelona subrayó que las declaraciones que piden recortes en el proyecto -con un presupuesto de 50.000 millones de pesetas- son 'poco medidas', porque 'ni la ciudad ni el Fòrum 2004 tienen intención de reducir la ambición del Fòrum, porque parte del interés del proyecto está en su nivel de ambición'. 'Tenemos, en este sentido, el acuerdo de la Generalitat y el Estado tanto sobre el presupuesto como para que se mantenga el actual nivel de ambición que tiene el Fòrum', añadió Clos.
El alcalde de Barcelona atribuyó 'desconocimiento del proyecto' a aquellos que proponen su redefinición. 'La dimensión del Fòrum es fruto del acuerdo alcanzado por las tres administraciones tras muchas negociaciones y mucho trabajo, y este acuerdo es firme y firmado, y estoy seguro de que todo el mundo honrará sus compromisos', subrayó Clos. En su opinión, 'es malo' pensar que los temas que se abordarán en el Fòrum, algunos de los cuales tienen que ver directamente con la globalización, 'si son más pequeños, serán menos peligrosos y más gestionables'. Tanto desde CiU como desde el PP se ha expresado el temor por el hecho de que un foro en el que se debata la globalización arrastre tras de sí a grupos antisistema, sobre todo después de experiencias como la de Génova.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de septiembre de 2001