La madre de Rocío Wanninkhof, Alicia Hornos, contradijo ayer casi toda la declaración hecha el día anterior por la acusada de la muerte de su hija, Dolores Vázquez, y aportó un dato novedoso: la noche del crimen, Loli pasó por el lugar donde fue apuñalada Rocío.
El martes, en el juicio, la imputada declaró que no salió aquella noche, salvo para comprar tabaco y tirar la basura. Pero, según el testimonio de la madre, cuando por un charco de sangre se encontró el lugar donde fue apuñalada su hija, la imputada le comentó que aquella noche pasó por allí pero que no se le ocurrió 'mirar dentro porque estaba todo muy oscuro'. Hornos manifestó ante el jurado que aquella afirmación fue oída también por una hermana suya. 'Ella ha matado a mi hija para hacerme daño', concluyó. Según Hornos, la sospechosa -con la que tuvo una relación sentimental- no soportaba que ella hubiera rehecho su vida con un hombre.
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La hermana de la víctima, Rosa, declaró que el móvil del crimen fue 'la venganza' porque Rocío era el obstáculo para que Vázquez y su madre retomaran su relación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de septiembre de 2001